La banca de Estados Unidos, con números rojos
Citigroup ha presentado hoy sus datos en los que se confirman unas pérdidas de más de 6.000 millones de euros, todas ellas acumuladas mientras se gestaba el proceso del plan de reestructuración, mientras que el Bank of America también presentó unos resultados de pérdidas, de más de 11.000 millones de euros.
Los resultados fueron presentados por el Bank of America muy pocas horas después de que llegara a un nuevo acuerdo con el gobierno para recibir ayudas económicas por segunda vez. La noticia de las nuevas ayudas por parte del gobierno a uno de los bancos más importantes del sistema financiero internacional ha sido acogida de muy buena gana por los inversores, y las bolsas han iniciado de nuevo el camino hacia el color verde de beneficios, aunque los rumores sobre inestabilidad en determinados bancos de todo el mundo hacen que la incertidumbre pueda golpear de nuevo los parqués en cualquier momento.
Citigroup había aplazado el presentar sus resultados en principio hasta el día 22 de enero, tratando de aplacar así a los inversores más ansiosos, y ganar algo de tiempo antes de anunciar su escisión. La escisión de Citigroup ya había sido confirmada desde primeras horas de la mañana de hoy, y la intención es mejorar la gestión de forma que las dos empresas sean capaces por sí solas de sostenerse en pie y volver a tener beneficios. Las dos empresas serán Citi y Citicorp Holdings.
Sin embargo lo peor no ha pasado para Citigroup, pues en la última semana el capital de la entidad se ha reducido prácticamente a la mitad, cerrando las cotizaciones de ayer a 3,83 dólares, habiendo perdido el 15 por ciento en todo el día.
El Bank of America arrastra además de las pérdidas generadas por sí mismo, las deudas que ya contrajo al adquirir Merrill Lynch, que en total ascienden aproximadamente a más de 11.000 millones de euros.
Sin embargo la delicada situación de las entidades financieras en los Estados Unidos hace que circulen numerosos rumores de que muchos otros bancos podrían verse obligados a recurrir a la ayuda del gobierno para seguir en pie, algo que muchos analistas critican, ya que afirman que al no dejar caer por sí solas a muchas empresas, las que podrían sostenerse caerán tarde o temprano por falta de mercado, ya que la crisis ha limitado el mismo.